Enfoque
Posdemocracia, ética y gestión de la pandemia de la Covid 19
Se aborda la relación entre la gestión de la pandemia de la Covid 19 y el concepto de posdemocracia, definido por Colin Crouch como un sistema en el que la democracia está controlada por élites económicas. El texto argumenta que la crisis de la democracia liberal, junto con la influencia de los grupos de presión y la difusión de fake news, agravó las consecuencias de la pandemia en países como EE.UU., Brasil y Reino Unido. En estos territorios, donde las decisiones políticas priorizaron la economía sobre la salud pública, la polarización política y la falta de ética de sus líderes contribuyeron a altas tasas de mortalidad.
Se hace una comparación de la gestión de la pandemia en democracias liberales como EE.UU., Brasil y Reino Unido con países como China y Nueva Zelanda, que aplicaron estrategias más estrictas para combatir el virus. Las políticas basadas en la evidencia científica y la priorización de la salud, como en Nueva Zelanda, lograron mejores resultados en términos de mortalidad y recuperación económica.
La posdemocracia, la falta de ética de algunos gobernantes y la polarización política fueron factores clave que intensificaron los efectos de la pandemia, aumentando la mortalidad y generando incertidumbre entre la ciudadanía. En tiempos crisis la ética y la gestión política de la misma son factores determinantes que pueden agravar las consecuencias de estas.
Jesús García García
Comentó el 31/10/2024 a las 16:58:10
Estimado David:
Muchas gracias por esta ponencia tan interesante y necesaria. Me parece que el concepto de "posdemocracia" es totalmente pertinente para, al menos, pensar la situación actual. Si no he entendido mal, afirmas que determinados países ya han entrado claramente en una dinámica "posdemocrática"; mi pregunta es, ¿consideras que la posdemocracia es un camino de no retorno, o crees que es posible revertirla y volver a un sistema más cercano a lo que entenderíamos como "democracia"?
Muchas gracias
Un cordial saludo
Jesús
David González Guillem
Comentó el 01/11/2024 a las 23:52:54
Gracias Jesús por tu pregunta
Quisiera equivocarme, pero no soy muy optimista con la evolución de algunas democracias a la posdemocracia, y la profundización de otras en sus características. La influencia de los grupos de presión es muy difícil de soportar o evitar. Las grandes empresas, si no se regula en función de sus intereses, amenazan con desinvertir en los países y aumentar la cifra de parados. Los gobernantes, aunque sean honrados no quieren ni oír hablar de cierre de empresas ni de recortes de plantillas, porque esto les perjudica en las elecciones. Piensan en clave electoral y prefieren incluso subvencionar la implantación de multinacionales, aunque en un futuro cierren sus plantas de producción y no cumplan con la permanencia pactada con los gobiernos locales. En el caso de que los políticos favorezcan a sectores económicos por intereses propios, como consecuencia de la falta de ética, no se vislumbran soluciones claras para una solución eficaz. Algunos políticos se perciben como impunes y las pocas consecuencias, mas allá de problemas de imagen, no incentivan la honestidad. Con las leyes actuales en casos de corrupción, no se ve que se haga un rastreo eficaz de donde fue el dinero y obliguen a devolverlo, independientemente de la correspondiente condena. La existencia de paraísos fiscales aceptados por todos no ayuda tampoco. Sobre la polarización política y social, ya vemos que va en auge. El trumpismo se va imponiendo. Las redes sociales y sus fake news son un foco de polarización. Muchos ciudadanos no saben distinguir o reflexionar sobre la veracidad de las noticias. Las fuentes de información de muchos son únicamente las RRSS. La ciudadanía realmente no está interesada en la política, o porque cree que no puede influir o simplemente porque no tiene tiempo, o ganas para dedicarse. Frecuentemente se utilizan “atajos” para formarse una opinión sobre los hechos (lo que diga el partido que soy simpatizante, lo que piense un amigo o familiar concreto les sirve como referencia…). La democracia participativa tampoco acaba funcionando. Si se ve la participación en votaciones de temas, en principio de interés para los ciudadanos, por ejemplo, en Suiza los porcentajes son muy bajos. Cuando se proponen votaciones diversas la ciudadania se cansa y no participa.
Espero equivocarme como me pasa en muchas ocasiones
Saludos
Eva Jiménez Gómez
Comentó el 18/10/2024 a las 21:14:24
Benvolgut David,
Muchas gracias por poner el foco en un tema tan relevante y paradigmático como las vulnerabilidades de nuestras democracias o posdemocracias. Corrígeme si me equivoco, pero creo que los poderosos (las élites) siempre han tratado de imponer su visión de la realidad y tomar decisiones que les favorecieran a ellos, aun a costa de los menos poderosos (el pueblo, por decirlo llanamente). ¿Cuál sería entonces la peculiaridad de nuestra época?
También me parece muy interesante lo que apuntas sobre la transparencia de los datos casi en tiempo real. Esa transparencia no ha garantizado la credibilidad del poder, como apuntas, y tampoco ha permitido ejercer un mejor control del poder, ¿verdad? ¿Y qué papel crees que han jugado los medios y las redes sociales en todo esto?
Moltes gràcies!
David González Guillem
Comentó el 22/10/2024 a las 18:17:22
Gracias Eva por tus comentarios
Lo diferente en nuestra época es que, habiendo aparentemente democracia la ciudadanía tiene poco poder de influencia y las instituciones elegidas democráticamente no defienden el interés general. Por ejemplo, cuando la crisis económica de 2008, quién marcaba la política económica eran “los hombres de negro”, que dependían de instituciones que además nadie había elegido. Los mismo pasa con el FMI, Banco Mundial, etc.
Otra cuestión a tener en cuenta es que, con la globalización la influencia de los grupos de presión es muy difícil de soportar o evitar. Las grandes empresas, si no se regula en función de sus intereses, amenazan con desinvertir en los países y aumentar la cifra de parados. Los gobernantes, aunque sean honrados no quieren ni oír hablar de cierre de empresas ni de recortes de plantillas, porque esto les perjudica en las elecciones. Piensan en clave electoral y prefieren incluso subvencionar la implantación de multinacionales, aunque en un futuro cierren sus plantas de producción y no cumplan con la permanencia pactada con los gobiernos locales.
Evidentemente las redes sociales con fake news y bots tienen una gran credibilidad, porque la mayoría de las personas no contrasta las informaciones por falta de tiempo o porque no tiene interés en dedicarse a ver otras fuentes. Se cumple el dicho: que "la realidad no te estropee una buena noticia". Los medios por intereses económicos, porque especialmente la prensa escrita ya no es rentable porque han caído los ingresos por publicidad y necesita de financiación y por tanto, siguen los intereses de la propiedad, que no siempre es partidaria de la objetividad. La mayoría de las personas cuando se informan no se preguntan por el “frame” de la noticia y a quien favorece esta forma de presentarla.
Necesidad de crecimiento económico, grupos económicos de presión, control económico de medios, intereses electorales de los partidos, redes sociales, fake news y falta de contraste de las noticias configuran la tormenta perfecta de nuestra época para que los intereses de una minoría se impongan frente a una minoría desorganizada y despolitizada.
Salutacions
Javier Álvarez Perea
Comentó el 18/10/2024 a las 09:01:25
Enhorabuena, David por tu ponencia. La introducción me ha llamado especialmente la atención ¿podríamos afirmar que la definición del sociólogo británico al que aludes sobre la postdemocracia está relacionada con la «ley de hierro de las oligarquías»? Gracias. Un cordial saludo
David González Guillem
Comentó el 22/10/2024 a las 17:51:25
Gracias Javier por tu pregunta
A la práctica, como sugieres, sí que podríamos decir que hay una relación entre la ley de hierro de la oligarquía y la posdemocracia, especialmente por los efectos que produce. La ley de hierro sostiene que el poder recae en unos pocos a pesar del sistema político existente, por lo que los intereses de una minoría siempre prevalecen sobre el interés general. Lo mismo que sucede en la posdemocracia. En la gestión de la pandemia los intereses de los poderes económicos prevalecieron sobre el derecho a la salud y a la vida. El derecho a la propiedad también prevaleció sobre la vida de las personas. Véase el ejemplo de las vacunas, que a pesar de que la investigación para conseguirlas tuvo una financiación público-privada, las patentes no se cedieron para que países con menos recursos pudieran disponer de ellas. Saludos
Pedro Limón López
Comentó el 18/10/2024 a las 08:35:28
Muchas gracias po la presentación. En términos de ampliación del enfoque y más allá de los tres casos analizados, ¿no cree que sería bueno ampliar la comparación a otros casos en los que no ha habido un cambio de gobierno a pesar de mantenerse toda esta dinámica de fake news en un contexto de post-verdad?
David González Guillem
Comentó el 22/10/2024 a las 17:30:56
La ponencia que presenté esta extraída de una tesis doctoral donde comparaba la gestión de la pandemia en EEUU, Brasil, UK y Nueva Zelanda. En los cuatro países después de la pandemia hubo cambio de gobierno, a pesar de que Nueva Zelanda tuvo una muy inferior tasa de mortalidad que los otros tres. Jacinda Ardern, la primera ministra renunció al cargo por la presión psicológica que le supuso la gestión de la crisis, no por los resultados. Las fakes news en pandemia iban sobre la importancia del patógeno, comparación con el virus de la gripe, los falsos remedios, atribución de la alta letalidad a la insularidad, a la temperatura, a la pirámide de edad. Cuando el problema real fue a causa e la prevalencia de la economia sobre la salud, la desigualdad, la deslocalización y falta de suministro de productos esenciales (respiradores, mascarillas, protección para sanitarios), las desinversiones en sanidad pública, prevalencia del derecho a la propiedad frente al derecho a la vida (vacunas para países menos desarrollados, los triajes basados en una ética utilitarista radical que condenaban a la gente mayor… ). Me parece muy interesante su propuesta de ampliar la investigación a países que no cambiaron su gobierno después de la pandemia a pesar de las fake news, por ejemplo, para ver la credibilidad de esas noticias falsas en esos territorios frente a la de los mensajes de los gobernantes. Gracias
Saludos
Jose Manuel Salum Tome
Comentó el 18/10/2024 a las 00:29:30
Estimado David felicitaciones por la ponencia y tema, la pandemia sirvió para que los ricos tuvieran el control y los gobernantes de turno ganaran poder, ese síntoma se sintió globalmente.
David González Guillem
Comentó el 22/10/2024 a las 16:38:24
Gracias José Manuel por tu comentario
Quedó claro que el dilema entre economia y salud se saldó a favor de la economía durante la pandemia. La economía prevaleció sobre el Derecho a la vida. Los intereses de una minoría prevalecieron al interés general. Fue sorprendente comprobar como había “trabajadores esenciales”, que precisamente eran imprescindibles pero a la vez los peor pagados y los que tenían más riesgo de contagio (trabajadores en supermercados, repartidores, cuidadores, ….). Muchos de ellos en caso de contagio no se podían aislar porque en su vivienda vivían varias generaciones o las condiciones eran insolubles. Eran esenciales pero precarios. Los débiles siempre tienen la peor parte. Efectivamente los gobernantes aún tuvieron más poder, porque se aplicó la necropolítica. Las autoridades decidieron quien debía morir. Véase el caso de lo acontecido con la gente mayor y la falta de atención y su rechazo en los hospitales. Una situación tan cruel, que no respetó los DDH. Increíble en democracias que se percibían como consolidadas. Saludos
Agustín Pérez Cipitria
Comentó el 17/10/2024 a las 14:56:14
Enhorabuena por la presentación, me ha parecido muy interesante. Quería preguntarle si considera que la tendencia, o ya realidad, de muchos países a vivir en una sociedad “posdemocrática” se podría revertir con una nueva política, no polarizada (con diferencias salvables), con más valores éticos y centrada en acciones que ayudaran a la revitalización de una democracia perdida o en proceso de decadencia, evitando para ello la influencia de otros poderes externos. Gracias.
David González Guillem
Comentó el 22/10/2024 a las 16:24:05
Gracias Agustín por tu pregunta
Quisiera equivocarme, pero no soy muy optimista con la evolución de algunas democracias a la posdemocracia, y la profundización de otras en sus características. La influencia de los grupos de presión es muy difícil de soportar o evitar. Las grandes empresas, si no se regula en función de sus intereses, amenazan con desinvertir en los países y aumentar la cifra de parados. Los gobernantes, aunque sean honrados no quieren ni oír hablar de cierre de empresas ni de recortes de plantillas, porque esto les perjudica en las elecciones. Piensan en clave electoral y prefieren incluso subvencionar la implantación de multinacionales, aunque en un futuro cierren sus plantas de producción y no cumplan con la permanencia pactada con los gobiernos locales. En el caso de que los políticos favorezcan a sectores económicos por intereses propios, como consecuencia de la falta de ética, no se vislumbran soluciones claras para una solución eficaz. Algunos políticos se perciben como impunes y las pocas consecuencias, mas allá de problemas de imagen, no incentivan la honestidad. Con las leyes actuales en casos de corrupción, no se ve que se haga un rastreo eficaz de donde fue el dinero y obliguen a devolverlo, independientemente de la correspondiente condena. La existencia de paraísos fiscales aceptados por todos no ayuda tampoco. Sobre la polarización política y social, ya vemos que va en auge. El trumpismo se va imponiendo. Las redes sociales y sus fake news son un foco de polarización. Muchos ciudadanos no saben distinguir o reflexionar sobre la veracidad de las noticias. Las fuentes de información de muchos son únicamente las RRSS. La ciudadanía realmente no está interesada en la política, o porque cree que no puede influir o simplemente porque no tiene tiempo, o ganas para dedicarse. Frecuentemente se utilizan “atajos” para formarse una opinión sobre los hechos (lo que diga el partido que soy simpatizante, lo que piense un amigo o familiar concreto les sirve como referencia…). La democracia participativa tampoco acaba funcionando. Si se ve la participación en votaciones de temas, en principio de interés para los ciudadanos, por ejemplo, en Suiza los porcentajes son muy bajos. Cuando se proponen votaciones diversas la ciudadania se cansa y no participa.
Espero equivocarme como me pasa en muchas ocasiones
Saludos
Mateo Javier Hernández Tristán
Comentó el 17/10/2024 a las 08:05:56
Muy interesante la relación entre ética-postdemocracia y gestión de crisis y los ejemplos claros que has puesto en Estados Unidos, Brasil e Reino Unido. ¿No cree que la salida del poder tras las elecciones en los tres casos ha tenido como causa principal la gestión precisamente de la COVID-19 el enfoque que precisamente relatas?
Muchas gracias.
David González Guillem
Comentó el 22/10/2024 a las 15:47:49
Muy interesante la relación entre ética-postdemocracia y gestión de crisis y los ejemplos claros que has puesto en Estados Unidos, Brasil e Reino Unido. ¿No cree que la salida del poder tras las elecciones en los tres casos ha tenido como causa principal la gestión precisamente de la COVID-19 el enfoque que precisamente relatas?
Gracias Mateo por tu pregunta
En mi opinión, la salida del gobierno de Donald Trump, Jair Bolsonaro y Borís Johnson tuvo relación con la gestión de la pandemia, como entiendo que sugieres. En los tres países hubo una tasa de mortalidad y de contagios muy alta y esto impactó también a miles de familiares y amigos de los fallecidos. Por otra parte, Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, a pesar de realizar una gestión de la crisis ejemplar por la baja letalidad comparada con otros territorios, dimitió posteriormente de su cargo por la presión sufrida durante la pandemia, como ella misma reconoció. Xi Jinping en China tuvo también bajas tasas de letalidad, pero por el contrario las restricciones y vigilancia a la población fueron realmente durísimas para la ciudadanía. Periodistas extranjeros comentaban que durante la pandemia nadie en China conocía a nadie que conociera a nadie que tuviera Covid. A pesar de eso, no se respetaron los derechos fundamentales a diferencia de Nueva Zelanda. Xi Jinping continua en el poder, pero supongo que no es solo por la gestión, sino porque él controla gobierno y partido en un país con una dictadura muy dura.
Saludos
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